Las patas de gallo son pequeños dispositivos refractarios o metálicos que se emplean dentro del horno para sostener las piezas esmaltadas en posiciones que impiden su contacto directo con estantes u otras piezas, especialmente cuando se aplican vidriados en la base o en zonas críticas. Su diseño, a menudo con tres puntos de apoyo, responde a la necesidad de ofrecer estabilidad con el mínimo de superficie en contacto, reduciendo así la presencia de marcas o defectos tras la cocción.
Estos soportes proporcionan cierta distancia entre la pieza y las superficies de apoyo, lo que permite que el esmalte se funda y se distribuya correctamente sin adherirse de forma permanente a la estructura del horno. Además, el uso de patas de gallo es especialmente provechoso en cocciones donde el vidriado se ablanda lo suficiente para fluir hacia abajo, ya que una leve inclinación o posición estratégica puede ayudar a lograr efectos decorativos específicos. Piezas con bases curvas, pies pequeños o diseños irregulares se benefician de estas herramientas, pues garantizan un acabado limpio y profesional.
Dato interesante
Las patas de gallo fueron ampliamente utilizadas en la producción de cerámica de loza esmaltada durante el Renacimiento, cuando las piezas vidriadas de mayólica requerían protección en los estantes del horno.
Consejo útil
Coloca el soporte trípode en áreas estratégicas de la pieza para minimizar el impacto en el esmalte, y asegúrate de que los puntos de contacto sean lo más pequeños posibles para evitar marcas visibles tras la cocción.