Horneada o Cocción
La honeada o cocción es el proceso fundamental en la creación de cerámica, donde las piezas de arcilla moldeada se someten a altas temperaturas en un horno para transformar su estructura y propiedades. Durante este proceso, ocurren múltiples cambios físicos y químicos en la arcilla, incluyendo la eliminación del agua, la descomposición de compuestos orgánicos y la sinterización de partículas cerámicas, lo que lleva al vitrificado de la pieza. Como resultado, una masa porosa y blanda se convierte en un material duro, resistente e impermeable, apto para su uso en vajilla, esculturas, objetos decorativos y utilitarios.
Las temperaturas de cocción varían según el tipo de arcilla y el acabado deseado. La loza se cuece a temperaturas más bajas, entre 900°C y 1200°C, mientras que el gres y la porcelana requieren temperaturas más altas, en un rango de 1200°C a 1400°C. Además de la temperatura, la atmósfera del horno, ya sea oxidante, reductora o neutra, y la velocidad de calentamiento y enfriamiento influyen significativamente en las propiedades finales de la pieza. Una curva de cocción bien controlada permite que la pieza se endurezca de manera uniforme y evita defectos como grietas, deformaciones o desprendimientos del esmalte.
El proceso de cocción consta de diferentes etapas, cada una con una función específica en el desarrollo de la pieza. La primera es la cocción de bizcocho o bisque, en la que la arcilla se endurece sin vitrificarse completamente, permitiendo la aplicación de esmaltes y decoraciones. Posteriormente, la cocción de esmalte o vitrificación transforma la superficie esmaltada, fundiéndola y creando un acabado brillante, mate o texturizado, dependiendo de la composición de los materiales utilizados.
El control preciso de la cocción es crucial para evitar defectos como grietas, explosiones o deformaciones. La tasa de calentamiento y enfriamiento, así como la distribución del calor dentro del horno, deben monitorearse cuidadosamente para garantizar una cocción uniforme y completa. Este proceso no solo afecta la integridad estructural de la pieza, sino que también define su apariencia final, convirtiéndose en un elemento esencial en la creación cerámica.Dato interesante
Algunas técnicas de cocción, como la raku, utilizan hornos de baja temperatura y enfriamiento rápido para crear efectos únicos en el esmalte, como superficies rugosas, craquelados y gradientes de color impredecibles. Este método fue desarrollado en Japón en el siglo XX y ha ganado popularidad internacional por su capacidad para producir acabados artísticos distintivos que reflejan la interacción entre la ceramista y el proceso de cocción.Consejo útil
Es crucial que las piezas estén completamente secas antes de la horneada para evitar explosiones causadas por la rápida expansión del vapor de agua al entrar en contacto con el calor intenso del horno. Para asegurar una desecación adecuada, deja que las piezas se sequen lentamente en un ambiente controlado, evitando corrientes de aire fuertes y cambios bruscos de temperatura.