Amasado cabeza de buey

Amasado cabeza de buey

El amasado "cabeza de buey" se conoce por la forma que adquiere la arcilla durante el proceso. Este proceso se caracteriza por movimientos repetitivos y específicos que permiten airear y homogeneizar la arcilla, haciendo que sea más manejable y flexible para su trabajo posterior. Para realizar este amasado, se coloca la arcilla en una superficie plana y se divide en trozos pequeños si es necesario. Luego, se realiza un movimiento de empuje y rotación con ambas manos. Primero, se presiona la arcilla hacia abajo y hacia adelante con las palmas de las manos, lo que hace que la masa de arcilla se extienda. Después, con una ligera rotación de las manos, la arcilla comienza a tomar una forma que se asemeja a un montículo o una "cabeza de buey", ya que la masa de arcilla se amontona en el centro y se va alisando hacia los bordes. Esta técnica es efectiva no solo para eliminar las burbujas de aire, sino también para mezclar diferentes tipos de arcilla o agregar agua de manera uniforme. Es ideal para mezclar arcillas de diferente dureza o contenido de humedad, ya que los movimientos repetidos aseguran una integración homogénea.

Dato interesante

Durante el proceso de amasado “cabeza de buey”, el calor generado por la fricción y la presión de las manos ayuda a que la arcilla se vuelva aún más plástica. Esta ligera elevación de temperatura interna facilita el trabajo posterior, permitiendo que la masa se adapte mejor a los moldes o al modelado manual sin agrietarse.

Consejo útil

Asegúrate de que la superficie en la que amasas esté limpia y ligeramente húmeda. Esto evitará que la arcilla se adhiera demasiado al área de trabajo, permitiéndote moverla con mayor facilidad. Si la arcilla comienza a pegarse a tus manos o a la superficie, puedes humedecer ligeramente las manos con agua para mantener el amasado fluido y evitar que la masa se deshidrate.